2 de Agosto de 2019
Voy a ir alimentando esta entrada con la resolución de los temas que tengo pendientes para hacer en el coche durante este mes de vacaciones. El primer tema que tenía pendiente para cumplir con la ITV era la de renovar las matrículas y sustituir una de las lámparas del porta matrículas. Ya de paso, junto con uno de los mecánicos, dimos una vuelta en el coche para ver lo del ruido sordo que hacia por caminos bacheados y lo de la aparente falta de potencia.
Al final me han cambiado otra vez las bieletas, las anteriores han durado 150.000 km, pero no puedo decir que hayan sido de peor calidad que las originales, que se rompieron con 342.000 km. Por un lado, los viejos amortiguadores no las "cuidan" demasiado y por otro lado, una vez por semana durante los tres últimos años, he ido a trabajar mas tarde y he tenido que aparcar subiéndome a una acera de generoso bordillo.
En total la factura asciende a 181,44 € sin contar con que he cogido cita a mediados de agosto para que revisen el tema de la perdida de potencia. Cuando el mecánico ha probado el coche ha notado como le cuesta subir de vueltas y obliga a ser muy preciso con el cambio de marchas. Han metido el diagnostico y les ha dado un error en la presión de alimentación del combustible y otro error en los calentadores.
Es curioso como no me han hablado de ninguno de los dos errores en el taller oficial. Es posible que el de los calentadores sea solo un error que se ha dado en algún momento pero que no se ha reseteado, además, nada tiene que ver con lo de la falta de potencia. Por si acaso, lo han reiniciado y a la vuelta de unos días, tras mas de mil kilómetros, verán si se ha vuelto a disparar de nuevo el error.
Es curioso como no me han hablado de ninguno de los dos errores en el taller oficial. Es posible que el de los calentadores sea solo un error que se ha dado en algún momento pero que no se ha reseteado, además, nada tiene que ver con lo de la falta de potencia. Por si acaso, lo han reiniciado y a la vuelta de unos días, tras mas de mil kilómetros, verán si se ha vuelto a disparar de nuevo el error.
El otro fallo de presión puede venir de la bomba de combustible o de que hay mucha porquería en el circuito del gasoil. En el libro de operaciones de Renault, si es por suciedad, recomienda sustituir todos los conductos de alimentación, incluido el depósito. En ese caso lo dejaría como está porque no creo que merezca la pena tanto gasto. Lo de la bomba, dependiendo del coste, si estaría mas dispuesto. En todo caso, antes de hacer el viaje largo que tengo programado, le voy a meter el mejor de los líquidos limpia inyectores que encuentre. Buscaré en Google.
Otro tema que ha salido en la revisión y que tampoco me han dicho en el taller oficial es que habría que cambiar todas las pastillas y los discos delanteros. Si es cierto que lo de cambiar los discos hace ya 150.000 km me lo comentaron en este mismo taller cuando cambiaron las anteriores bieletas. Igual son un poco alarmistas. Este tema queda supeditado al problema anterior.
En 9 días retomamos el tema con la visita al taller para llegar a mas conclusiones. Por lo menos saber si la reparación es de 400 € o de 1000 €. Si no es muy costosa haría también lo de los frenos.
06 de Agosto de 2019
Después de buscar por internet un buen producto para limpiar inyectores, encontré uno del fabricante Liqui Moly que, sin ser la panacea de todos los males de un coche con tantos kilómetros, sí parecía que en muchos foros la gente estaba contenta con los resultados tras su aplicación. Se trata de un limpiador de inyectores para motores diesel.
Según un video de la propia marca, el modo de uso consiste en meter el tubo de entrada de combustible que va a la bomba de inyectores, directamente en el bote, y tener arrancado el vehículo hasta que el producto se agote. Sin embargo, debido a lo engorroso del proceso, en los foros te recomiendan echar el bote de medio litro directamente en el propio deposito de combustible, llenándolo después con al menos 50 litros de gasoil.
El problema que tuve al echar el bote directamente en el deposito de combustible es que el sistema de seguridad que tienen las bocas de llenado de los depósitos impide que el líquido entre con facilidad y por tanto se desperdicia mucho en el intento. Aun me quedaban 0,3 litros pero entendí que necesitaba otra forma de verter el líquido restante. La solución rápida fue comprar otro limpiador de inyectores que sí estaba preparado para la boca de llenado de los coches actuales.
Esta vez lo compré por su funcionalidad y no por su eficacia. Lo vertí completamente y luego lo rellené con lo que me quedaba del Liqui Moly y también lo vertí en el depósito. Así que le metí dos limpiadores de inyectores diferentes aunque no creo que sea contraproducente a estas alturas de la película.
También leí que Liqui Moly tiene un aditivo para el aceite, llamado Ceratec, que suaviza las ralladuras e imperfecciones de las camisas disminuyendo el rozamiento y recuperando la compresión perdida. Sonaba muy bonito aunque en los foros había disparidad de opiniones, del que creía que era mano de santo al que opinaba que era un placebo para el motor.
"De perdidos al río" o "lo que no te mata te hace mas fuerte" pensé mientras vertía el blanquecino y denso líquido en el depósito del aceite. Entre unos aditivos y otros me gasté 68 €. Mi duda es si habría caído en la trampa de los ungüentos mágicos de dudosa efectividad o realmente con ese dinero habría conseguido algo mas. Quedaba un largo viaje de ida y vuelta a Santiago de Compostela para poder sacar conclusiones.
12 de Agosto de 2019
Tras el viaje a Santiago de Compostela ya ha superado los 493.000 km y como estaba previsto volví a llevar el coche al taller para el tema de las pastillas y los discos de freno. Ya de paso les pedí que me pusieran las dos lamparas de luz diurna nuevas ya que las anteriores eran LED y no pude conseguir otras iguales en tan poco tiempo. También les indiqué que dejaran el tema de la perdida de potencia para otra ocasión. Creo que si no va a mas y los aditivos cumplen con su función beneficiosa, abrir el motor para buscar algo que a día de hoy no está claro es poco inteligente. Es como con las personas mayores, con estos kilómetros es mejor dejar que la vida discurra y no entrometerse demasiado en la mecánica mientras vaya aceptablemente bien.
Disco delantero cambiado |
Los discos delanteros estaban comidos unos 3 mm, no sé si es mucho o poco pero todavía quedaba mucho disco por desgastar. Me imagino que será peligroso que baje de un determinado grosor. Nunca había cambiado los discos y creo que apurando mucho habrían aguantado hasta cambiar el coche. Lo digo porque en los foros hay muchas quejas de gente que los tuvo que cambiar prematuramente en las Scenic fabricadas en 2009 como esta. Podría pensarse que al recorrer mucha autovía mi utilización del freno no es muy intensiva pero en cada viaje al trabajo subo y sobre todo, bajo un puerto de 5 km con muchas curvas en las que me empleo a fondo con los frenos. Las pastillas delanteras han durado 143.000 km y las traseras 109.000 km. Al final he gastado 383 € en discos, pastillas y lámparas.
Disco sustituido en el que se aprecia el desgaste |
Me han entregado el coche por la tarde y acto seguido he ido a un taller de ruedas para que me reparen un pinchazo de la rueda trasera derecha porque cada cuatro o cinco días pierde un kilo y medio de presión. Esta vez, para su reparación, han usado un compuesto de goma que calientan y fijan por el interior del neumático. Creo que este sistema es mas eficaz y seguro que el de poner una "mecha". Si después de colocar la "mecha" la rueda sigue perdiendo aire, no puede utilizarse este otro sistema para repararlo de nuevo.
Llevo ya en estas ruedas tres pinchazos reparados, solo me queda pinchar una de las ruedas delanteras. Toco madera.
He aprovechado también para desmontar los mandos de la puerta del conductor y así reparar el interruptor de mi elevalunas que ya estaba del todo suelto. La operación es sencilla y para desmontar el único tornillo que lo fija a la puerta solo necesitamos dos destornilladores, uno con cabeza Torx y otro con cabeza plana pequeña.
En primer lugar hay que localizar una pequeña hendidura (en la imagen posterior está marcado con un círculo amarillo) y ayudados por el destornillador plano se extrae la tapa que cubre el tornillo. En segundo lugar se suelta el tornillo y seguidamente, se remueve el porta mandos hacia los lados y hacia atrás hasta que sale de su alojamiento. Hay cinco pestañas, una delante y otras dos a cada costado, indicadas en la imagen con flechas naranjas. Solo resta quitar en conector localizado en su parte inferior, apretando una pestaña y liberando el porta mandos.
Una vez sacada la pieza procedo a desmontar todas sus partes e intentar reconocer el elemento que se ha roto. El mando de los elevalunas consta de varias piezas pero no es posible pedirlas por separado.
La primera pieza que nos encontramos es la bandeja de plástico donde va soportado todo el conjunto. La segunda es la membrana de goma con cilindros de grafito que son los encargados de cortocircuitar, a modo de pulsación, cada una de las teclas. La tercera pieza es un circuito impreso donde están situados cada uno de los pulsadores, unos diodos LEDs para la retroiluminación nocturna y el conector que no se ve por estar por la otra cara. La cuarta pieza aloja todos los mecanismos de pulsación que hay en el mando. La quinta pieza es el mecanismo que se ha roto y del que no he encontrado repuesto.
Es curioso como, cuando usas los interruptores del mando de la puerta, parece que hay una serie de muelles para hacer que vuelva a su posición neutra si dejamos de pulsar en uno u otro sentido. Sin embargo, no hay ningún muelle de los típicos. En su lugar nos encontramos con una serie de piezas de plástico que, en su movimiento de extensión y compresión, actúan como tales. Es un diseño muy conseguido para evitar muelles que encarecerían el ensamblaje. Un muelle tradicional, si lo mantenemos dentro de su límite de elasticidad y libre de corrosión, tiene una vida prácticamente infinita, sin embargo, una pieza plástica no. Puede observarse como, en la pieza número cinco, se han roto las dos pletinas de plástico blanco que hacían de muelle.
Como era de esperar no hay recambio de la pieza número cinco, solo del conjunto entero así que primero indagué en el manual de taller de Renault para saber su referencia (809610017R) y luego me dedique a buscarla por internet. En Francia este recambio de segunda mano es muy común pero en España no había tantos. Tuve suerte y encontré una pieza en MOTOCOCHE a través de Ebay. Tienen desguace en Jaén y Granada pero pidiéndola un viernes por la tarde llegó el siguiente lunes al mediodía.
Bueno, de momento esto es todo por ahora, si no ocurre nada raro se avecina a principios de otoño un cambio de ruedas. Los neumáticos delanteros tienen ya 59.000 km pero una profundidad de dibujo sorprendente. Y no, no han cristalizado como las Michelin antiguas que nunca bajabas de los dos milímetros porque la goma se ponía como una piedra y era muy peligroso circular así. En este caso, la rueda conserva bien sus propiedades y me transmite, a pesar de los kilómetros, mucha seguridad. El siguiente evento será ya en diciembre cuando pase la revisión de los 510.000 km.
Así que paciencia a los lectores, ya sabéis que este es un blog slow-read, pues no se espera mucha lectura hasta dentro de unos meses.
Queda también pendiente, saber si los aditivos hacen algo; mientras tanto, seguir atentos a las carreteras, a los radares, a los Pegasus y a los drones de la DGT.
Un saludo.
Llevo ya en estas ruedas tres pinchazos reparados, solo me queda pinchar una de las ruedas delanteras. Toco madera.
Reparan los pinchazos al método tradicional. |
16 de Agosto de 2019
He aprovechado también para desmontar los mandos de la puerta del conductor y así reparar el interruptor de mi elevalunas que ya estaba del todo suelto. La operación es sencilla y para desmontar el único tornillo que lo fija a la puerta solo necesitamos dos destornilladores, uno con cabeza Torx y otro con cabeza plana pequeña.
Tornillo Torx y tapa del tornillo |
En primer lugar hay que localizar una pequeña hendidura (en la imagen posterior está marcado con un círculo amarillo) y ayudados por el destornillador plano se extrae la tapa que cubre el tornillo. En segundo lugar se suelta el tornillo y seguidamente, se remueve el porta mandos hacia los lados y hacia atrás hasta que sale de su alojamiento. Hay cinco pestañas, una delante y otras dos a cada costado, indicadas en la imagen con flechas naranjas. Solo resta quitar en conector localizado en su parte inferior, apretando una pestaña y liberando el porta mandos.
Recambio de segunda mano |
Una vez sacada la pieza procedo a desmontar todas sus partes e intentar reconocer el elemento que se ha roto. El mando de los elevalunas consta de varias piezas pero no es posible pedirlas por separado.
Conector del mando de elevalunas |
La primera pieza que nos encontramos es la bandeja de plástico donde va soportado todo el conjunto. La segunda es la membrana de goma con cilindros de grafito que son los encargados de cortocircuitar, a modo de pulsación, cada una de las teclas. La tercera pieza es un circuito impreso donde están situados cada uno de los pulsadores, unos diodos LEDs para la retroiluminación nocturna y el conector que no se ve por estar por la otra cara. La cuarta pieza aloja todos los mecanismos de pulsación que hay en el mando. La quinta pieza es el mecanismo que se ha roto y del que no he encontrado repuesto.
Detalle del mando desmontado |
Es curioso como, cuando usas los interruptores del mando de la puerta, parece que hay una serie de muelles para hacer que vuelva a su posición neutra si dejamos de pulsar en uno u otro sentido. Sin embargo, no hay ningún muelle de los típicos. En su lugar nos encontramos con una serie de piezas de plástico que, en su movimiento de extensión y compresión, actúan como tales. Es un diseño muy conseguido para evitar muelles que encarecerían el ensamblaje. Un muelle tradicional, si lo mantenemos dentro de su límite de elasticidad y libre de corrosión, tiene una vida prácticamente infinita, sin embargo, una pieza plástica no. Puede observarse como, en la pieza número cinco, se han roto las dos pletinas de plástico blanco que hacían de muelle.
Como era de esperar no hay recambio de la pieza número cinco, solo del conjunto entero así que primero indagué en el manual de taller de Renault para saber su referencia (809610017R) y luego me dedique a buscarla por internet. En Francia este recambio de segunda mano es muy común pero en España no había tantos. Tuve suerte y encontré una pieza en MOTOCOCHE a través de Ebay. Tienen desguace en Jaén y Granada pero pidiéndola un viernes por la tarde llegó el siguiente lunes al mediodía.
19 de Agosto de 2019
La pieza llegó un día antes de lo previsto. En total 40 € y en perfecto estado. Antes de colocarla en la puerta, procedí a desmontarla y a limpiar, con unos bastoncillos impregnados en alcohol, tanto los cilindros de grafito como los contactos del circuito impreso. Siempre viene bien quitar restos de grasa o de partículas de grafito que mas adelante puedan dar problemas de funcionamiento.Bueno, de momento esto es todo por ahora, si no ocurre nada raro se avecina a principios de otoño un cambio de ruedas. Los neumáticos delanteros tienen ya 59.000 km pero una profundidad de dibujo sorprendente. Y no, no han cristalizado como las Michelin antiguas que nunca bajabas de los dos milímetros porque la goma se ponía como una piedra y era muy peligroso circular así. En este caso, la rueda conserva bien sus propiedades y me transmite, a pesar de los kilómetros, mucha seguridad. El siguiente evento será ya en diciembre cuando pase la revisión de los 510.000 km.
Así que paciencia a los lectores, ya sabéis que este es un blog slow-read, pues no se espera mucha lectura hasta dentro de unos meses.
Queda también pendiente, saber si los aditivos hacen algo; mientras tanto, seguir atentos a las carreteras, a los radares, a los Pegasus y a los drones de la DGT.
Un saludo.