Prueba un Renault y prueba suerte

Vi este cartel publicitario en todos los vehículos expuestos en el concesionario/taller donde hago habitualmente los mantenimientos del Renault Scenic. Como esta vez fui por un problema con la central del airbag el anuncio se me antojó graciosillo y un poco socarrón. Es que no se cortan ni lo ocultan. Efectivamente, como dice Renault, “prueba suerte” porque los Renault son como los melones; hasta que no los abres y los catas, no sabes cómo te van a salir.

Por mi experiencia la cosa empieza a ir mal o, si lo prefieren, a oler mal. Tras pasar la barrera de los 100.000km, justo unos días antes de que termine el periodo de garantía, se ha producido un fallo de los que asustan. Se encendió el piloto naranja del cuadro (la llave inglesa) junto con un mensaje poco tranquilizador de “Revisar AIRBAG”. A este fallo le siguieron unos cuantos más en cadena. La dirección no queda bloqueada cuando se apaga el motor, no hay condenación automática de puertas y no funciona el aviso de cinturón desabrochado.

Después de leer la publicidad tan graciosilla que antes comentaba, el responsable del taller me atendió y me comentó que el resto de las averías habían sido provocadas por la primera y que era un sistema de autoprotección del propio vehículo. Ante la gravedad de la avería, me dio cita para dos semanas después alegando problemas con el personal.

Al cabo de dos semanas me presenté en el taller y tras conseguirme un Renault Twingo nuevo de sustitución (4.6 litros/100km), a este paso acabo probando toda la flota de vehículos de cortesía, estuvieron toda la semana destripando el vehículo y verificando cableados para concluir que era un fallo de la central con la que no eran capaces de comunicar. Se demoraron tanto en pedir la pieza que empezaron mis vacaciones y como no tenían un vehículo de sustitución con la capacidad de carga de mi Scenic, remolque incluido, tuvieron que montar de nuevo todo el coche para que me lo pudiera llevar de vacaciones. Sin inmutarse, el mecánico me comentó que “no era ningún problema circular sin airbags, que hace 20 años todos íbamos sin ellos”… ver para creer.

Ya hemos vuelto de vacaciones y efectivamente el mecánico tenía razón; no se para que tenemos airbags, ABS, ESP y no sé cuantas “pijadas” más si no nos hacen falta. De hecho, afortunadamente para mi familia y para mi, estas vacaciones no he “usado” ninguno de ellos. El lunes 5 de septiembre y tras 67 días sin airbags han sustituido la centralita por una nueva y todo ha vuelto a la normalidad. Han tardado 14 días en repararlo; la centralita de airbags la han cambiado en dos ocasiones, con dos referencias diferentes, también han actualizado con varias versiones el software, varios disquetes, CDs, etc. Para colmo, cuando voy a recoger el coche me comentan que en una maniobra desafortunada le han roto el plafón trasero y que lo tienen que cambiar.

Pero uno se queda con la mosca detrás de la oreja. Ya son dos fallos eléctricos los que he tenido, dos módulos de control; el de airbag y anteriormente el del remolque se han estropeado sin motivo aparente. ¿Fallos de fabricación? o peor aún, ¿algún ruido eléctrico que los avería?

Por cierto, como vehículo de sustitución, acabo de probar una Kangoo nueva a la que he hecho 2000 km: alta, espaciosa y ruidosa a partes iguales. No sé porque un vehículo industrial no puede ser más refinado. Si haces muchos kilómetros el dolor de cabeza está asegurado. La parte trasera permite cargar mucho pero también se comporta como un amplificador para los ruidos y si añadimos solo 5 marchas, el concierto está servido.

Después de montar la bola del remolque antes de vacaciones ya no he podido desmontarla; se ha quedado agarrotada y la han tenido que sacar en el taller. Todo se debe al fallo de diseño del tubo de escape que en un post anterior os comenté. Su forma caprichosa hace que todos los humos, la carbonilla y el calor salgan directos contra la bola del remolque. Ante la ineficaz respuesta por parte de Renault, que para desviar el flujo de los humos me aconsejaban poner una cola de escape cual si fuera un amante del tunning, me había resignado a ponerme unos guantes cada vez que montaba/desmontaba el enganche. Estas semanas volveré a la carga porque no me conformo con tener un enganche desmontable que no se puede desmontar y que cuesta una pasta gansa.

Un saludo a todos y cuidado con la carretera.