El lunes por la noche llovía mucho y, mientras conducía, me costaba ver los limites de la carretera. Lo achaqué a que era el primer día que no conducía de noche en esas condiciones tan desapacibles y que aun no me había acostumbrado a intuir, tras dos meses desentrenado, el trazado de la carretera por la que habitualmente voy todos los días laborables.
Inconfundible tono anaranjado |
Al entrar en el garaje y cerrar la puerta, vi que la lampara de Xenón izquierda estaba en las últimas. Con su tono amarillento avisan, con unos días de antelación, de que urge el cambio. Los demás vehículos te ven con dos lámparas encendidas aunque para el conductor, la estropeada, no alumbra casi nada la parte de carretera que le corresponde.
Después de algún mal entendido con el taller llegó la lámpara el jueves y en el intento de colocarla, sin desmontar el parachoques y faro, descubrieron una fuga de agua en el termostato de temperatura del motor. El depósito de expansión de agua se había vaciado por completo. Vete tú a saber desde cuando estaba perdiendo agua hasta vaciarse el bote. La verdad es que nunca miro los niveles porque hasta ahora he confiado siempre en que salte algún "chivato" del coche. Si te falta aceite o si te falta líquido de frenos lo hace con un alarmante mensaje. Pero es increíble que si se vacía el depósito de agua no te avise. El mecánico me comentó que el aviso lo daría cuando la temperatura del motor fuese excesiva por falta de refrigeración. Si ese aviso se produjera mientras vas a 120 km/h por autopista, no podrías impedir que el motor se quemara.
El termostato pierde agua |
En fin, que la lámpara de Xenón se resistió y no hubo manera de ponerla. Me emplazaron para el día siguiente, que llegaría el termostato de temperatura, con la convicción de que, como para poner el termostato habría que quitar la batería, tendrían entonces mas hueco para manipular y colocar la lámpara en su sitio sin tener que quitar el parachoques.
Termostato de temperatura del motor |
A la mañana del viernes tuve que ir al trabajo con las luces antiniebla puestas ya que me habían dejado el coche tuerto del todo. Como en la anterior ocasión, el taller me puso una lámpara no oficial. Deben pensar que el coche está en sus ultimas y que no merece la pena gastar el doble en la lámpara original de Renault. Si anterior fue una OSRAM, esta vez la marca no me suena de nada: BOSMA.
Lámpara Xenón D1S de BIOSMA |
Me recomendaron que estos días vigilase el deposito de expansión por si hay que añadir agua ya que el sistema de purgado automático va eliminando las burbujas de aire y estos huecos se rellenan con agua del depósito. También me dijeron que habían detectado unos cables pelados que podrían cortocircuitarse y que habían puesto cinta aislante para asegurar su aislamiento. Son los cables que mordisqueó un ratón, allá por 2016, del que ya hablé en esta entrada y que han visto ahora. En fin, ¡vaya revisiones mas concienzudas hacen!.
Para completar el análisis de estos 10 años, he sacado una gráfica con los costes anuales sin tener en cuenta el gasoil, el seguro y el impuesto municipal. En la gráfica vemos como el coste de uso se ha mantenido en una media por debajo de los 1400 € al año. Se puede ver también que 2011 fue un año excepcional ya que no coincidió con ningún cambio de ruedas y solamente hubo un mantenimiento. Eso hizo que en 2012 se juntaran muchas cosas como el cambio de neumáticos, de pastillas de freno, la correa de distribución y dos mantenimientos. En 2013 ocurrió los mismo, se produjeron dos mantenimientos y un cambio de ruedas, a principios y finales del año, pero al no tener que cambiar la correa de distribución y las pastillas, la cosa fue menos gravosa. Ya en 2014, y a pesar de que solo hubo un mantenimiento, el cambio de amortiguadores, de batería y la sustitución de los cuatro neumáticos, hizo que el coste subiera de la media. En 2015 se repitió lo de 2012, pero al no haber un cambio de pastillas la factura se contuvo. En 2016, a pesar de que solo hubo un mantenimiento y un cambio de ruedas, hubo varias incidencias como el cambio de bieletas, sustitución del faro antiniebla trasero y el cambio de pastillas. En 2017 ocurrió lo normal, la coincidencia de dos mantenimientos con un cambio de los cuatro neumáticos. Y llegamos al 2018, año en el que los gastos suben mucho, en comparación con la media, como consecuencia del abultado número de kilómetros que lleva la Scenic a sus espaldas. Se hacen dos mantenimientos y se cambian los cuatro neumáticos pero lo verdaderamente costoso y e inesperado es el cambio del alternador, la reparación del cableado eléctrico para el remolque y la sustitución de la bandeja vierteaguas del capó que eleva mucho el gasto. Este año 2019 parece discurrir en parámetros normales pero a la cifra actual hay que añadir el cambio de neumáticos delanteros y un segundo mantenimiento que harán subir dicha cifra a unos 1800 € al finalizar el año.
En lo que resta de año solo espero hacer el mantenimiento de los 510.000 km y un cambio de ruedas delanteras. Así, encararemos el 2020 hasta que toque una nueva ITV en julio... pero eso ya empieza a ser el cuento de la lechera.
Un saludo a todos y cuidaros en la carretera.