Ya son 17.000 km los que tiene el coche y algunas de mis impresiones iniciares han variado con los kilómetros. No es un coche que emociona; es funcional, practico y te lleva a todos los sitios; pero no emociona. He descubriendo que esta marca generalista no tiene los detalles de otras Premium; aunque las distancias se van acortando. No sé cuál es la razón pero tengo la impresión de que algunos temas de ergonomía no han sido resueltos con eficacia; es más, creo que ni se los han planteado.
Un claro ejemplo es el funcionamiento del tándem radio y navegador. Y digo tándem porque son dos elementos que funcionan juntos, de tal forma que, cada vez que enciendes la radio, tienes automáticamente encendido el navegador. En mi caso, como siempre llevo encendida la radio, cada vez que me pongo en marcha tengo que pulsar una tecla del navegador para apagar su pantalla ya que mis trayectos habituales me los conozco “al dedillo” y la pantalla no hace más que despistar. Reconozco los problemas técnicos que conlleva separar ambos elementos ya que el TMC y el sonido del navegador está relacionado con la recepción de la FM y con el amplificador de audio de la radio respectivamente. Sin embargo no hubiera costado nada hacer que el navegador, por defecto, estuviera siempre apagado y se encendiera pulsando una tecla; solo si la radio estuviera encendida previamente.
Otro fallo evidente es que solo hay un reloj y este está en el navegador. Y claro, como en la mayoría de los trayectos conocidos no va encendido, pues nos quedamos sin reloj. Conste que cuando no lo veo mi conducción es más relajada y no me pongo hora de llegada a mi destino; pero este feo detalle se podría solucionar si cuando apagamos el navegador el reloj pasa a la TFT central.
Tampoco es normal que el medidor de temperatura desaparezca cuando activamos el limitador/regulador de velocidad. No será por falta de espacio; la TFT tiene unas dimensiones muy generosas y la velocidad del limitador/regulador podría caber en cualquier otro lugar sin tener que renunciar a un dato tan importante como es el de la temperatura del motor.
Confío en que estos fallos/detalles de software serán solventados en futuras y esperadas reprogramaciones de la centralita.
En algún lugar leí que era un coche con una instrumentación muy intuitiva. Si por intuitivo entendemos el que tenemos que guiarnos por la intuición y el tacto, están en lo cierto. Por eso, otro detalle de “coche barato” es que los mandos del volante no tienen iluminación nocturna, así que tendrás que ensayar durante el día para que la noche no te pille por sorpresa.
Hace unos días me llamaron del taller oficial de Leioa, BERRI-AUTO, para realizar una OTS consistente en verificar un fallo de soldadura en el pedal del freno. Me han llamado 4 meses después de comprar el coche y 3 meses después de que ya me hicieran dicha OTS en otro taller oficial. Sin comentarios; muestran muy poca seriedad.
Otro detalle que a mi entender da muy mala impresión es que en los talleres de Renault, en la recepción de clientes, suele haber un panel expositor con un montón de trípticos sobre diferentes piezas del motor (culata, bomba de agua, bomba de inyección, inyectores, discos de freno, etc.) en los que la propaganda viene a decir que se han esmerado en hacer piezas de recambio baratas y de calidad. A mi particularmente me da que pensar que Renault considere a la culata o a la bomba de agua como piezas de habitual sustitución; preferiría no saber lo que es una culata ya que eso indicaría no haber tenido problemas con ella. Mejor harían quitando esa propaganda porque no animan a confiar en la marca. Pasa lo mismo con la ampliación de la garantía: te permiten ampliarla hasta 2 años más u 80.000km. ¿Es que no confían en sus productos? Podrían tomar nota de otras marcas niponas que ofrecen hasta 5 años sin límite de kilómetros.
Por lo demás, no se ha presentado ninguna otra incidencia, si exceptuamos unos molestos tirones que se dan a veces cuando rodamos sobre las 1800 rpm. Es un tema que tengo que vigilar y que espero no sea nada importante.
Sobre el consumo ya he tirado la toalla y renuncio a batir los excepcionales consumos de mi anterior Passat: los 5.6 litros cada cien kilómetros han sido mi mejor marca frente a los 4.4 litros que mi Passat era capaz de conseguir.
Otra decisión que he tomado ha sido la de hacer caso a los tiempos de mantenimiento oficiales; esto es, revisiones cada 30.000 km. Espero no equivocarme.
Próxima parada, los 30.000 km… seguiremos informando.